Los alimentos energéticos son aquellos con altos contenidos de grasa o lípidos y/o de hidratos de carbono.
Por el contrario, los alimentos ricos en proteínas son formadores y los que son ricos en vitaminas y minerales son reguladores.
Las grasas o lípidos son la fuente más concentrada de energía alimenticia. De hecho, contienen el doble de calorías que los hidratos de carbono.
Clasificación
Las grasas o lípidos se encuentran divididas de la siguiente manera: saturadas e insaturadas o no saturadas.
§ Grasas saturadas:
Contienen todos los átomos de hidrógeno posible según las leyes de composición química y es por esa razón que reciben el nombre de “saturadas”. Se trata de la opción menos saludable, ya que su consumo tiende a incrementar peligrosamente el nivel de colesterol malo en la sangre. Salvo excepciones, son de origen animal
§ Grasas insaturadas o no saturadas
Desde el punto de vista químico, contienen dos átomos de hidrógeno menos y eso es, precisamente, lo que las convierte en “no saturadas”.Se trata de la opción más saludable y recomendable, ya que no sólo no elevan el colesterol malo de la sangre, sino que elevan el bueno, con su consiguiente efecto cardioprotector.
Los hidratos de carbono, carbohidratos o glúcidos constituyen uno de los principales combustibles (junto a las grasas o lípidos) que le aporta al organismo la energía necesaria para que pueda funcionar de manera saludable y eficiente
Clasificación
Dependiendo de la complejidad de su estructura química se dividen en dos grandes grupos: complejos y simples.
· Los hidratos de carbono simples.
Se trata de azúcares, lo cual implica que tienen un sabor dulce y son solubles en agua.
· Los hidratos de carbono complejos
Los carbohidratos complejos tienen un peso molecular más alto que los simples, no son dulces, frecuentemente son insolubles en el agua y tienen una textura y consistencia característica e importante, lo que implica sensaciones específicas y potentes al degustarlos.
Se encuentran en los almidones o féculas que se obtienen de los cereales (trigo, avena, centeno, arroz, maíz) utilizados para la fabricación de, en primer lugar, harinas y, luego, de todos los productos de ellas derivadas: pan, galletitas, fideos, etc.